Boda en Toledo

Boda emotiva en Finca los Truecos A&A

6 diciembre, 2017 Sin comentarios
Boda emotiva

Ya teníamos ganas de publicar la boda emotiva de Alberto y Ángela. Teníamos de hecho muchas ganas de que llegara su boda porque sabíamos que iba a ser de esas en las que la naturalidad es la bandera. Y lo sabíamos porque tuvimos la oportunidad de disfrutar de su espontaneidad  en la sesión de preboda en Aranjuez que habíamos hecho semanas antes.

Alberto nos esperaba en casa de sus padres, tranquilo y disfrutando de sus perros, una de sus pasiones.

Boda emotiva

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Ángela también nos esperaba en casa, deseosa de vestir definitivamente el vestido de boda. No podemos decir que la novia nos esperar con la misma tranquilidad que Alberto. Ángela apenas contenía los nervios mientras vestía de novia hasta que su madre la tomó de la mano. La emoción que apretaba desde dentro desde que había amanecido el día, brotaba a través de unas lágrimas, que al menos permitieron a Ángela rocobrar aliento temporal para el resto de emociones que seguirían a partir de ese momento y para todo el día.

 

Boda emotiva

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La novia acudió a la Iglesia de Magán caminando acompañada de sus familiares, amigos y un par de niños de Arras que anunciaban «literalmente» pizarra en mano, la llegada de la novia con un «Tío Alberto, ya viene Ángela».

Como cabe esperar en una boda emotiva, la ceremonia no pudo ser más emocionante. Las miradas y la complicidad entre ellos fue el hilo conductor durante todo el ritual del matrimonio.

Y empezó la fiesta en la Finca Los Truecos en la Puebla de Montalban, lugar idílico para bodas en el que ya hemos trabajado durante esta temporada en más de una ocasión. No pararon las sorpresas, y entre todas ellas, una que nunca, en más de 35 años de experiencia como fotógrafos de boda habíamos visto. Fuimos testigos de una Pedida de mano en la boda de su mejor amiga. Fue un momento emocionante. Lo sabíamos de antemano y, para que negarlo, estábamos nerviosos. No sabíamos como iba a ser. Solo sabíamos que la vida de una persona iba a cambiar a partir de ese momento y teníamos que estar allí, como siempre hacemos, sin que se note que estamos.

Y es que la de Alberto y Ángela prometía ser y fuer una boda emotiva.

 

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